sábado, 20 de abril de 2013

Una mochila de cuero marrón




 Era una mochila de cuero marrón claro y oscuro a la vez, no muy grande y sin demasiados bolsillos. En ella no cabía el mundo, ni siquiera contenía nada especial. Un jersey que le venía grande, una cartera de piel marrón oscura y lo necesario para liar cigarrillos. Había sido un regalo y quizás por eso le gustaba. O quizás porque sabia que ese cuero aguantaría los soles de muchos veranos y los fríos de numerosos inviernos. O quizás porque aquella mochila le hablaba de caminos y veredas por recorrer, de la gravilla crujiendo bajo la suela de su zapato, de la arena de playa en el dobladillo de sus pantalones, del calor del asfalto. Una mochila que era su compañera de viaje.


No hay comentarios:

Publicar un comentario