viernes, 30 de enero de 2015

Una mañana de invierno



Desayunas, te afeitas y te duchas con prisas por la ilusión de haberle arañado unos minutos al sueño y regalado unos minutos a tu cama. Sales a la calle, el frío te golpea y hace que te duela la cabeza, el sol se despereza encima tuyo, el aire alborota ropas y cabello.

 Caminas, parece que la ciudad se activa a tu paso, sumiéndote en un onírico plano secuencia de una película de Scorsese. Intentas abstraerte de la gélida mañana e incluso de tus pasos contándote algún cuento a ti mismo, siempre te gusto el oficio de cuentacuentos que no ejerces, te animas pensando que hoy es viernes y, por tanto, encontrarás el puesto de churros abierto, adoras esa masa frita de harina grasosa.

 Sigue la mañana y tú sigues con ella.