miércoles, 9 de mayo de 2012

La chica

 Después de unos meses de inactividad parece que las musas me visitaron otra vez. Aquí el que podría ser el inicio de un nuevo cuento. Dedicado a una calle de Liverpool y a Vane, la princesa guanche.

Se la encontró en Birmingham,usaba pantalones de saco y pelo punk. No sabía si era de allí, lo que estaba claro es que no era de Manchester, pues siempre echaba pestes de esos "capullos";ella tampoco sabía muy bien de donde era, si se le preguntaba, aunque su tez morena y la alegría que no conseguía ocultar bajo su engominada cresta y su ropa gastada desvelaban que procedía de algún lugar del sur. Pretendía agresividad,quizás, pasos firmes, pero a mi me enamoro su sonrisa. Fuimos a mojarnos en cerveza a una oscura taberna, king´s George, y lo que me susurro al oído,rendida por el alcohol, no fue  Johnny Rotten, sino Sumertime en la voz rota de Janis Joplin.

“No te parece -le dijo sentada a contraluz en el borde de la cama de aquél tiznado hotel de 20 libras- que todos los días son los mismos, que todo es repetido” Miguel se incorporó y se encendió un cigarrillo. Para su parte meteorológico los últimos días habían sido soleados y de cielos despejados,aunque el parte también advertía que aquella primavera inesperada no era lo usual en la ciudad “¿qué harás ahora?” le preguntó Miguel. Ella se levantó y se dirigió a la ventana,su mirada parecía interrogar a los bloques de viviendas de ladrillo rojo que se alzaban monótonos tras los cristales. El sol iluminaba su cuerpo desnudo de piel morena. “no lo se, quizás me vaya a Londres...o quizás a Edimburgo”. Miguel terminó la frase en su cabeza “donde diga la moneda o la botella”. “¿ Puedo acompañarte ?” le preguntó en voz alta “No, pero quizás puedas buscarme”.